La necesidad de desenmascarar a Lucifer y sus engaños (Parte 2)

En la meditación de ayer, había indicado que no podremos encontrar la clave para entender la actual pandemia, mientras no incluyamos a Dios.

Éste es el núcleo para hallar respuestas, a partir de las cuales se podrá actuar correctamente y discernir los espíritus. Por supuesto que también hay medidas justificadas y necesarias, que son guiadas por la razón, uno de los dones que Dios nos ha dado. Estas medidas son importantes y hemos de acogerlas.

Pero la razón no puede darnos, por sí misma, una comprensión más profunda ni adentrarse en el campo de lo sobrenatural. Para ello, requiere de la luz del Espíritu Santo.

Ahora bien, si planteamos conscientemente la pregunta de qué tiene que ver todo este acontecimiento con Dios, estaremos abriendo la situación para que sea iluminada por Su luz, y ya no estaremos viéndola sólo a partir de la luz natural del entendimiento.

¿Por qué es tan importante este punto? ¿Por qué ayudará decisivamente a no caer en los sutiles intentos de Lucifer de engañarnos y pasar desapercibido?

La respuesta en sencilla: Nada sucede sin la Voluntad de Dios, sea que lo quiera positivamente o sea que lo permita. ¡Esto está por encima de todo! Puesto que Dios es un Padre amoroso –más aún, Él es el amor mismo–, sabemos que se vale de todo para el bien de los hombres (cf. Rom 8,28), incluso de circunstancias como las que estamos viviendo actualmente.

Y, ¿qué es lo que tenemos por el lado contrario?

Metafísicamente hablando, podemos decir que hay otra voluntad. Son las intenciones del ángel caído; aquél de quien habíamos escuchado en la lectura del profeta Ezequiel (cf. Ez 28,1-19): es Lucifer.

Sus intenciones son contrarias a Dios, porque no apuntan a la glorificación de Dios; sino a su propia grandeza, en un amor propio enceguecido. Aquí la motivación no es el amor; ni el amor a Dios ni el amor al hombre, porque, como dice Santa Teresa de Ávila, “si Satanás pudiese amar, ya no sería el Diablo”. Pero Lucifer oculta esto, como habíamos escuchado en meditaciones anteriores. Como explicaba Monseñor Athanasius Schneider, su engaño puede llegar hasta el punto de que, en los grados superiores de la masonería, se presente como un “dios bueno”.

Es esencial que nosotros, como creyentes, estemos conscientes de esto al pensar sobre la actual pandemia.

Adentrémonos ahora al tema con la siguiente reflexión: Dios ha permitido esta pandemia, para que los hombres se conviertan a Él, se arrepientan de sus pecados y ordenen su vida conforme a Dios. ¡Esto cuenta para todos! Es sobre todo tarea de la Iglesia dárselo a entender a los hombres a través de su anuncio, y señalarles el camino a la conversión, porque a Ella le ha sido confiada la obra de la Redención obrada en Jesucristo.

Aquí tenemos, entonces, un criterio para medir cómo ha reaccionado la Iglesia y el mundo frente a la pandemia. A la inversa, también podemos ver si se han tomado medidas que se oponen a las intenciones de Dios. Así, podremos detectar posibles influencias de Lucifer, quien no se manifiesta abiertamente; sino que actúa por medio de personas y se vale de sus intereses, de sus miedos, de su alejamiento de Dios, de sus debilidades y todo tipo de faltas… No olvidemos que él puede presentarse incluso bajo la máscara de un “humanista”, y deslumbrar de muchas maneras a los hombres con su “falsa luz”.

Su intención oculta apuntará siempre a sí mismo y a la edificación de su reino (el reino de la Bestia), queriendo envolver a tantas personas como sea posible en su propia rebelión contra Dios, sea que participen consciente o inconscientemente.

Gracias a Dios, hubo algunos pastores de la Iglesia que, en este tiempo, tuvieron el valor de publicar un escrito con el significativo título: “Veritas liberabit vos” (“La verdad os hará libres”), cumpliendo así su responsabilidad para con Dios y con la Iglesia. Dicho escrito está disponible en internet en varios idiomas:

Sería recomendable leerlo… A continuación, voy a resumir los puntos esenciales que son importantes para nosotros.

Los autores observan, entre otras cosas, una reacción exagerada frente a la pandemia, de modo que se genera pánico. Hablan de la violación de derechos y libertades humanas en este contexto. Advierten, en este mismo contexto, de la pretensión de instaurar un control global (un “Gobierno Mundial”) y de los sistemas de rastreo, con los cuales se controlan injustificadamente los movimientos de los ciudadanos. Enfatizan la libertad e independencia de la Iglesia en relación a posibles interferencias del Estado, y señalan que, por motivos morales, los católicos no podrían aceptar una vacunación si en su producción se ha utilizado material procedente de fetos abortados.

Consideremos ahora cada uno de los puntos mencionados:

  • La generación de pánico y las reacciones consecuentes hacen que las personas sean extremadamente poco libres, porque, sin reflexionar sobre ello, estarán dispuestas a adoptar cualquier medida que podría librarlas de este pánico. Sin embargo, para poder responder al llamado de Dios a la conversión, hace falta la libertad del hombre. Por eso, el pánico puede ser fácilmente abusado por los poderes contrarios a Dios.
  • Las posibles violaciones a los derechos humanos y a su libertad por parte del Estado generan un gran desorden, abren la puerta a arbitrariedades e invierten el orden de Dios. Cada uno podrá responder por sí mismo quién será el que está interesado en esto. Si, además, se impondrían sistemas de rastreo u otras formas de ubicación, tendríamos a la vista medidas dictatoriales.
  • Un “Gobierno mundial”, del cual se ha advertido repetidamente por diversos lados, y cuya instauración podría verse promovida por la pandemia, tendría que ser examinado en lo referente a su cosmovisión. Si nosotros, como católicos, vemos las grandes organizaciones mundiales y su política a menudo anti-cristiana y anti-vida, resulta claro que éstas pueden muy fácilmente convertirse en instrumento de los poderes contrarios a Dios.

Mañana hablaremos sobre la Iglesia en relación a la pandemia…

Por hoy, quedémonos con lo siguiente: Podemos ver reacciones y hechos relacionados con la pandemia que podrían ser convenientes para los planes de Lucifer. ¡Ésta es una amenaza más grande que la pandemia en sí misma! Es por eso que trato este tema, para que conscientemente nos defendamos con armas espirituales y, junto con el Arcángel San Miguel, le digamos al “león rugiente” (cf. 1Pe 5,8) o al disfrazado “ángel de luz” (cf. 2Cor 11,14): ¿Quién como Dios?

En el corazón de la Virgen María, tendremos siempre un refugio seguro…


Harpa Dei acompaña musicalmente las meditaciones que a diario ofrece el Hno. Elías, su director espiritual. Éstas se basan normalmente en las lecturas bíblicas de cada día; o bien tratan algún otro tema de espiritualidad.
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