Permanecer en el Espíritu Santo

1Jn 2,22-28

¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es precisamente el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo, no posee al Padre; pero todo el que confiesa al Hijo, posee también al Padre. En cuanto a vosotros, deseo que sigáis conservando lo que oísteis desde el principio. Si permanece en vosotros lo que oísteis desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. Pues ésta es la promesa que él mismo os hizo: la vida eterna.

Os he escrito esto porque algunos tratan de engañaros. Pero tened presente que la unción que de él habéis recibido sigue estando en vosotros y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña todo lo que necesitáis saber -y es verdadera y no mentirosa-, seguid permaneciendo en él. Como os digo, hijos míos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, nuestra confianza sea plena y no quedemos avergonzados y rechazados con su venida.

Lamentablemente no es leyenda que un Anticristo vendrá al Final de los Tiempos, antes del Retorno de Cristo; sino que es éste un firme componente de la doctrina cristiana, conforme a lo escrito en la Santa Biblia. Cuando aparezca el último Anticristo -y la mayoría de los que se han dedicado a reflexionar sobre esta figura de perdición coinciden en que se tratará de una persona concreta-, éste tratará de ejercer un poder global en diversas dimensiones. El Anticristo querrá usurpar el lugar de Dios y demandará una especie de veneración religiosa para sí mismo. Se manifiesta aquí el antiguo deseo del Diablo, cuando se acercó a Jesús en el desierto queriendo ser adorado y pretendiendo así destronar a Dios (cf. Mt 4,8-9).

Si nos preguntamos si acaso ya está en este mundo una figura como el Anticristo, y nos cuestionamos si nos tocará experimentar en vida el dominio temporal del “hijo de la perdición”, tendremos que concluir que no podemos saberlo, a menos que Dios nos diese una iluminación sobrenatural. Tampoco sabremos distinguir si se trata del “último Anticristo” o si es una figura anticristiana más, tal como las ha habido a lo largo de la historia de la humanidad.

Sin embargo, el hecho de que no podamos dar una respuesta válida a tales inquietudes no es motivo para evadir el carácter delicado de un texto como el de hoy, ni mucho menos para desoír los consejos insistentes que nos ofrece el Apóstol. Porque así como la Segunda Venida del Señor estará precedida por signos que han de darnos a entender que el tiempo está cerca, así también podemos identificar señales de que el advenimiento de una figura maléfica -como lo será el Anticristo- está siendo preparado por sus discípulos.

Quizá no se perciba la malicia de este personaje en un primer momento. No pocos autores que han escrito sobre el Anticristo lo describen incluso con un carácter simpático y atrayente, que aparenta ser virtuoso, religioso y, sobre todo, fascinante. Quizá se presente en el tiempo de hoy como un globalista, trayendo soluciones para los problemas materiales de la humanidad, desarrollando amplias concepciones para mejorar la calidad de vida de las personas, y así sucesivamente. Hacia afuera, podría parecer el hombre indicado en el momento preciso, quien lleva adelante a la humanidad y reúne detrás de sí a las grandes instituciones de este mundo. Muchas naciones podrán verlo como un benefactor de la humanidad, aparentemente revestido de una especial autoridad, y, en consecuencia, darle el apoyo correspondiente.

¡Pero todo esto es un engaño! En su interior, el Anticristo no estará guiado por el Espíritu Santo, sino inspirado por demonios, quienes se servirán de sus cualidades humanas, dadas por Dios. Ahora bien, la finalidad de los demonios no es generar un benefactor de la humanidad, sino valerse de esa apariencia para alejar a las personas de Dios y poder influenciarlas.

El autor lituano Antanas Maicena hace una descripción muy esclarecedora en su libro “El misterio de la iniquidad”:

“El Anticristo de Soloviev[1] es un benefactor que se complace en sí mismo. Él quiere dar a cada uno lo que necesita. Él quiere hacer regir en el mundo la justicia y el compartir de bienes. En efecto, (…) logra el bienestar universal. Pero todo esto no lo hace porque consideraría a los hombres como hermanos suyos en el Señor (…); sino por el simple hecho de que, a través de su benevolencia, la humanidad seducida caerá de rodillas ante él, le dará las gracias, lo venerará y considerará como su único guía y protector. La satisfacción del amor propio es el motivo básico de la beneficencia anticristiana.

El Anticristo que hoy nos describe San Juan en la lectura, debería ser claramente reconocible para todo fiel católico, que se daría cuenta si Cristo estuviese siendo abiertamente negado. Pero todo esto puede ocurrir con mucha más sutileza. No necesariamente tendrá que ser una negación pública; sino que podría suceder “entre líneas”, escondida, no pronunciada con claridad…

El consejo bíblico es claro: No debemos dejarnos engañar, sino permanecer en la unción; es decir, en el Espíritu Santo. Para nosotros, esto significa mantenernos firmes en la Sagrada Escritura y en el auténtico Magisterio de la Iglesia. Esta advertencia cobra tanta más importancia en cuanto que la confusión se ha adentrado en la Iglesia, el espíritu del Anticristo actúa hasta los más altos niveles de la jerarquía y debilita por dentro a la Iglesia.

Por eso no ha de pasar inadvertida esta exhortación de San Juan. Sólo podremos resistir a las seducciones del Anticristo y de su Falso Profeta si estamos arraigados en la Palabra de Dios, seguimos la auténtica doctrina de la Iglesia, recorremos seriamente el camino de la santidad y procuramos cultivar una íntima relación con la Virgen María.

Una breve nota antes de finalizar:

Como había decidido ya el año anterior, utilizaré las meditaciones diarias en primera instancia para temas referentes a la profundización de la fe y al camino espiritual de seguimiento de Cristo. Sin embargo, el amor también obliga a advertir, en caso de identificar caminos errados en el Estado o en la Iglesia. En ese sentido, quisiera recordarles que he creado un blog en el que publico mi punto de vista sobre desarrollos cuestionables de carácter anticristiano. En las últimas semanas he escrito algunos textos, que están a su disposición en la liga que les enviamos: https://es-baltalelija.blogspot.com

Quien quisiera que yo lo mantenga al tanto sobre los sucesos críticos en el mundo y en la Iglesia, puede ponerse en contacto con nosotros y le informaremos sobre el modo de proceder, para incluirlo en un grupo que he abierto en la aplicación de Telegram, con personas que están interesadas en conocer mi punto de vista sobre la situación actual.

Contacto: balta-lelija@jemael.net

[1]Referencia a la obra “Breve relato del Anticristo“ de Vladimir Soloviev.


Harpa Dei acompaña musicalmente las meditaciones que a diario ofrece el Hno. Elías, su director espiritual. Éstas se basan normalmente en las lecturas bíblicas de cada día; o bien tratan algún otro tema de espiritualidad.
http://es.elijamission.net