La amenaza anticristiana y la resistencia contra ella (V)

                      “Características del Anticristo”

Partiendo de la Sagrada Escritura y de la literatura, podemos enumerar algunas características del Anticristo, sin pretender describirlas en su totalidad y con toda certeza…

El Anticristo, también llamado “hijo de la perdición” (cf. 2Tes 2,3), se presentará como soberano universal. Mientras que los otros “anticristos” que han existido a lo largo de la historia –tales como los dictadores del siglo pasado– prontamente manifestaron su crueldad; el Anticristo es descrito como un mensajero de paz, dotado de un extraordinario carisma y de los poderes políticos correspondientes para llevar a cabo sus planes. Vendrá en un momento en que la humanidad atraviesa una gran necesidad, en una época en que el desarrollo permite ejercer un dominio global. Hacia afuera se presentará como un hombre virtuoso y espiritual; pero en el fondo su inspiración es de origen demoníaco.

Como su nombre lo indica, el Anticristo se presentará como un imitador del Redentor; pero tratará de ocultar su profunda aversión y enemistad hacia Cristo. Así, pues, podría incluso citar el evangelio, poniendo particular énfasis en aquellos pasajes dedicados a las necesidades de las personas, para así dar la impresión de que actúa movido por la caridad cristiana y de que es un defensor de la justicia y de la misericordia. En realidad, ofrecerá una especie de “evangelio intra-mundano”, que niega la trascendencia de Dios y la necesidad de los hombres de ser salvados. Lo que oculte será su “misión satánica”, que consiste en alcanzar el dominio global y penetrar en el templo de Dios para usurpar el lugar de Dios (cf. Mt 24,15).

El Anticristo ejercerá influencia en la Iglesia, queriendo valerse de ella para sus fines y tratando de pervertir la misión que a Ella le ha sido confiada. Conseguirá poner de su parte a un considerable número de cristianos, y causará una enorme confusión en el tiempo de la gran apostasía.

No pocos sospechan que el Anticristo tendrá a su lado una especie de “Falso Profeta” (cf. Ap 19,20), quien habrá preparado previamente su venida. Lamentablemente no se puede descartar la posibilidad de que este Falso Profeta, e incluso el Anticristo mismo, surjan de entre las filas cristianas. Recordemos lo que dice San Juan en su carta: “Hijos míos, es la última hora. Habéis oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es ya la última hora. Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros” (1Jn 2,18-19).

Lo que está detrás de la aparente filantropía del Anticristo, se desenmascarará en el momento en que se le ofrezca resistencia, que provendrá en primera instancia del mundo cristiano. Solo entonces mostrará su verdadero rostro, y perseguirá cruelmente a aquellos que se aferran a los mandamientos de Dios, a los que testifican la Majestad de Dios y, por tanto, no lo reconocen a él.

Algunos, también en el campo profético, sospechan que, bajo la influencia del Anticristo, habrá una “falsa iglesia”, que perseguirá brutalmente a la verdadera Iglesia de Cristo.

Quizá pueda decírselo así: una iglesia mundanizada, en la cual se ha infiltrado el error, no podrá ofrecer resistencia al Anticristo, porque ella misma estaría ya debilitada por el espíritu del Anticristo, de modo que él podrá servirse de ella para sus perversos planes. La fiel “multitud del Cordero” (cf. Ap 7,9.14) será la que ofrezca resistencia, con la gracia de Dios, y tendrá que retirarse por un tiempo al desierto (cf. Ap 12,6).

Los “discípulos del Anticristo” ya han logrado que su influencia llegue a ser la opinión políticamente correcta, el ‘mainstream’, en muchos países democráticos. A través de la política y de los medios, están erigiendo una especie de “dictadura del relativismo”, que no tolera que los hombres crean en valores absolutos y actúen de acuerdo a estos valores.

El socavamiento de los mandamientos de Dios, el enfoque del sentido de la vida sólo en lo inmanente, en las cosas de este mundo; la desorientación moral; la drástica pérdida de fe; la enajenación de la fe en el ámbito público; la creciente inmoralidad; la manipulación a través de los medios y de las redes sociales; la globalización de la decadencia occidental con su “cultura de la muerte”… Todos estos son signos de que no estamos viviendo en un “siglo de oro” que brilla por la civilización del hombre. Antes bien, parece ser que está siendo preparado un dominio que quiere aprovecharse de esta decadencia para erigir un reino distinto al de Dios. La ceguera, que surge como producto del pecado, y la ignorancia acerca del verdadero sentido de vida harán que muchos caigan víctimas de los engaños del Anticristo.

La “religión” o cosmovisión del Anticristo no exigirá de las personas que se conviertan y cambien para bien; sino que querrá darle al hombre la libertad de ceder a sus inclinaciones y apetencias, siempre y cuando no afecten a otras personas… Se omite toda dimensión trascedente y la responsabilidad de la propia vida ante Dios. La religión del Anticristo será una especie de “religión inmanente”, pues toda trascendencia testificaría el reinado de Dios. Por eso, se colocará en primer plano valores como la paz, la beneficencia, la ecología, la formación académica, la lucha contra el hambre y la pobreza, la salud, etc… Todo eso sin señalar a Aquél que es el origen de toda buena obra, que es Dios mismo.

Sí, el hombre toma ese lugar… Antes de mencionar algunas formas de resistencia espiritual, lo cual es fundamental para nosotros, los católicos, hemos de cuestionarnos si podemos ya identificar el espíritu del Anticristo en el mundo y en la Iglesia. En ese contexto, les recuerdo la serie de cinco meditaciones sobre el engaño de Lucifer que di entre el 18 y el 22 de agosto (Véase: http://es.elijamission.net/el-enceguecimiento-de-lucifer-parte-i/)… Partiré del contenido de estas meditaciones para dar mañana algunos ejemplos de cómo el espíritu de engaño está preparando el camino para un dominio anticristiano…


Harpa Dei acompaña musicalmente las meditaciones que a diario ofrece el Hno. Elías, su director espiritual. Éstas se basan normalmente en las lecturas bíblicas de cada día; o bien tratan algún otro tema de espiritualidad.
http://es.elijamission.net

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