El ataque a la Iglesia
Todo lo que hemos escuchado en las meditaciones previas sobre el Anticristo, nos muestra claramente el gran peligro que el espíritu anticristiano supone para la humanidad. Es el más tenaz y quizá también el último intento del Diablo de expandir su dominio sobre todo el orbe de la Tierra, de subyugarla y, de ser posible, inducir a la humanidad a rendirle adoración.
Puesto que Cristo está presente en su Iglesia y es el verdadero Señor, el ataque del Anticristo y sus secuaces se dirigirá particularmente contra esta Iglesia, puesto que Ella se interpone en la realización de sus planes.
Escuchemos lo que dijeron a este respecto dos Papas de las últimas décadas.
El Papa Pablo VI declaró el 13 de octubre de 1977: “La cola del demonio está llevando a cabo la desintegración del mundo católico. La oscuridad de Satanás ha entrado en el mundo católico, difundiéndose hasta llegar incluso a sus niveles más altos. La apostasía, la pérdida de la fe, se están difundiendo en el mundo y en los niveles más altos de la Iglesia” (Pablo VI, Discurso en el sexagésimo aniversario de las apariciones de Fátima, 13 de octubre de 1977).
El Papa Juan Pablo II, siendo aún Cardenal, dijo en el Congreso Eucarístico de Filadelfia en 1977, dos años antes de ser elegido Pontífice: “Estamos ahora ante la confrontación histórica más grande que la humanidad jamás haya pasado. Estamos ante la contienda final entre la Iglesia y la anti-iglesia, el Evangelio y el anti-evangelio. Esta confrontación descansa dentro de los planes de la Divina Providencia y es un reto que la Iglesia entera tiene que aceptar.”
Escuchemos también un pasaje de los mensajes de la Virgen María al P. Stefano Gobbi, fundador del Movimiento Sacerdotal Mariano:
“La bestia con dos cuernos, semejante a un cordero, indica la Masonería infiltrada dentro de la Iglesia; es decir, la masonería Eclesiástica, que se ha difundido sobre todo entre los miembros de la Jerarquía. Esta infiltración masónica dentro de la Iglesia, ya os ha sido predicha por Mí en Fátima, cuando os anuncié que Satanás se introduciría hasta el vértice de la Iglesia.
Si el objetivo de la masonería es el de conducir a las almas a la perdición, llevándolas al culto de falsas divinidades, el fin de la masonería eclesiástica, en cambio, es el de destruir a Cristo y a su Iglesia, construyendo un nuevo ídolo, es decir, un falso Cristo y una falsa Iglesia.” (Mensaje del 13 de junio de 1989, Dongo)
Escuchemos otra voz profética dentro de la jerarquía de la Iglesia: el obispo Fulton Sheen de los Estados Unidos (†1979):
“El Falso Profeta tendrá una religión sin cruz; una religión sin un mundo por venir; una religión para destruir las religiones. Habrá una iglesia falsa. La Iglesia de Cristo [la Iglesia Católica] será una. Y el Falso Profeta va a crear otra. La falsa iglesia será mundana, ecuménica y mundial. Va a ser una federación de iglesias. Y las religiones formarán algún tipo de asociación global: un parlamento mundial de iglesias, vaciadas de todo contenido divino. Será el ‘cuerpo místico del Anticristo’ (Flynn T & L. El Trueno de la Justicia. Maxkol Comunicaciones, Sterling, VA, 1993, p. 20)
La esencia de estas afirmaciones es siempre la misma: La Iglesia experimentará un fuerte ataque y será dividida en su interior. El espíritu del Anticristo penetrará hasta en la jerarquía de la Iglesia; habrá una gran apostasía y muchos cristianos seguirán al Anticristo. Habrá una cooperación entre el Anticristo y una falsa iglesia.
Esto es motivo suficiente para observar cuidadosamente dónde se puede detectar el espíritu del Anticristo actuando en la presente confusión en la Iglesia. Estoy consciente de que es un tema muy delicado, que ha de tratarse con mucha cautela. No se debe generar miedo ni desesperanza… De hecho, tampoco hay razón para ello, porque el Señor jamás abandonará a los suyos, y se valdrá de todo para nuestro bien (cf. Rom 8,28). Pero no podemos mantener los ojos cerrados si el enemigo se ha instalado en medio de la Iglesia, queriendo conducirla por un rumbo equivocado.
La verdadera “Esposa de Cristo” permanece fiel a su Esposo, y nada podrá separarla de su amor (cf. Rom 8,39). Pero esta Esposa ha de estar vigilante, para no caer en los engaños y seducciones de aquellos que quieren apartarla de su único y verdadero Esposo. Para ello, es importante saber distinguir muy bien la voz del Señor de otras voces. Entonces, fijémonos atentamente, con la ayuda del Espíritu Santo.
En la meditación de mañana mencionaré algunos elementos que deben ser tomados en cuenta a la hora de aplicar el espíritu de discernimiento para percibir si acaso ya han proliferado en nuestra Iglesia elementos de carácter anticristiano.