Palabras del Padre tomadas del Mensaje a la Madre Eugenia Ravasio:
“¡Oh, cómo quisiera daros a conocer que soy para vosotros un Padre Omnipotente, y cuánto quisiera serlo también para aquellos a quienes quiero mostrar mis beneficios! Quisiera que, con mi Ley, llevaran una vida más dulce. Quisiera que fuérais donde ellos en mi Nombre y les hablárais de mí. Sí, decidles que tienen un Padre que, después de haberlos creado, quiere darles los tesoros que posee. Sobre todo, decidles que pienso en ellos, que los amo y quiero darles la felicidad eterna. ¡Oh! Os lo prometo: los hombres se convertirán más rápidamente.
Creedme, si hubiérais comenzado desde la Iglesia primitiva a honrarme con un culto especial, después de veinte siglos habrían quedado pocos hombres viviendo en la idolatría, en el paganismo y en tantas sectas falsas y malvadas, a través de las cuales el hombre se precipita ciegamente a los abismos del fuego eterno. ¡Mirad cuánto trabajo queda por hacer!”
¿Cuál es esa “vida más dulce” de la que habla aquí el Padre? Lógicamente no es una “dolce vita” al estilo del mundo, que promete placer y facilidad, pero deja al alma vacía y a menudo sucia.
Entonces, la vida dulce que el Padre promete sólo puede referirse al amor. Cuando la vida está impregnada del amor de Dios, adquiere una tonalidad realmente armoniosa. De este amor brota la alegría en Dios y también la alegría de vivir. Aquí se despliega el sentido más profundo de la vida y adquiere así su orientación básica.
Estas palabras del Padre nos recuerdan a las de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré” (Mt 11,28).
Si nosotros tenemos la dicha de experimentar esto a nivel personal, se nos convierte en una tarea del amor el decirles a las otras personas dónde está la verdadera felicidad y la fuente de la vida. Esto es lo que también el Padre desea que hagamos, de modo que no es sólo decisión nuestra, sino también cumplimiento del deseo de Su corazón.
¿No es cierto que este mensaje que estamos meditando nos acerca al Padre amoroso, de modo que podemos sentir cómo Su corazón late lleno de amor por los hombres? Podemos colocar nuestro corazón, a menudo frío y falto de amor, en el Suyo, para que, a través de la fuerza del Espíritu Santo, lo suavice.
Si tenemos un corazón apostólico, tendríamos que estar muy atentos al escuchar las frases que a continuación decía el Padre… Si los hombres supieran sobre la bondad del Padre –es decir, si nosotros transmitiéramos de forma auténtica este mensaje– se convertirían más rápidamente.
¡Esta es una gran promesa del Padre, que en fe deberíamos asimilar! Muchas cosas dependen de la conversión de los hombres, precisamente en vistas de esta pandemia, que sin duda podemos llamar apocalíptica.
La respuesta correcta a esta situación sería la conversión de los hombres. Hay que resaltar el hecho de que esta situación amenazadora se está presentando precisamente en la Cuaresma, que tradicionalmente debería ser un tiempo especial de conversión.
Si el Padre nos hace una promesa tal, relacionada con el anuncio de Su amor, sería muy fructífero que nos dejemos tocar por ella, y que, allí donde tengamos nuestro apostolado, nunca nos olvidemos de hablar de Su amor y de Sus deseos para nosotros, los hombres.
Las frases que siguen son también de suma importancia… ¡Así que todavía hace falta algo en la humanidad y en la Iglesia! Ese culto especial del que habla el Padre es una Fiesta propia en Su honor. Este deseo Suyo ya les ha sido expuesto a los Papas. Pero, hasta el momento, no se ha instaurado tal Fiesta.
No obstante, hay fieles que cada 7 de agosto celebran la Fiesta en honor al Padre Celestial, con una Santa Misa empleando el formulario para la Santísima Trinidad.
Harpa Dei, por su parte, ha grabado un oficio litúrgico dedicado al Padre, cumpliendo así parcialmente Su deseo de que se le dedique un oficio propio. ¡Les recomiendo unirse a esta oración! Pueden encontrarlo como video en YouTube, con subtítulos para seguir los textos: https://www.youtube.com/watch?v=M30xBHq-jZU&t=193s
Precisamente en estos tiempos, en que nos vemos limitados en nuestra posibilidad de movernos, e incluso hay países donde se están cerrando las iglesias, podríamos sacar gran provecho espiritual al integrar este oficio en nuestra vida de oración. Es similar al rezo de Laudes o Vísperas…
Si nos unimos a este rezo o lo escuchamos conscientemente, convendría que lo relacionáramos con la intención de nuestro Padre. Si nosotros hacemos nuestra parte, de seguro Él no tardará en hacer la Suya. ¡Y no olvidemos que la promesa del Padre es que los hombres se convertirán más rápidamente!
Harpa Dei acompaña musicalmente las meditaciones que a diario ofrece el Hno. Elías, su director espiritual. Éstas se basan normalmente en las lecturas bíblicas de cada día; o bien tratan algún otro tema de espiritualidad.
http://es.elijamission.net