VÍA CRUCIS – VII Estación: “Jesús cae por segunda vez bajo la cruz”



V. Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi (Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos)

R. Quia per Crucem tuam redemisti mundum (Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo).

Nuevamente vemos lo difícil que es el camino. Cuántas penurias carga sobre sí el Señor: el peso físico, el peso espiritual, todo lo que sucede a su alrededor, la crueldad de tantos… Pero lo que más le pesa es la carga del pecado, que trae consigo la separación de Dios, y que ahora Jesús asume en su propia carne por nuestra causa, privándose de la gloria del Padre.

“De hecho, cargó con nuestras dolencias y soportó nuestros dolores. Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. Mas fue herido por nuestras faltas, molido por nuestras culpas. Soportó el castigo que nos regenera, y fuimos curados con sus heridas” (Is 53,4-5).

¡Jesús glorifica al Padre con su Pasión! Nos da la prueba de amor más grande.

El Señor cae de nuevo, y nuevamente se incorpora y sigue su camino. Así, nos exhorta a seguir adelante y a no quedarnos oprimidos bajo el peso de nuestros pecados y caer en desesperación. Jesús nos muestra que Él está ahí para levantarnos. Todo lo soportó por nosotros y en Él hallaremos siempre la fuerza que necesitamos para nuestro camino en pos de Él. Pero no debemos quedarnos en el suelo, sino elevar la mirada al Padre como Él. Entonces podremos seguir y alcanzar nuestra meta. El espíritu de fortaleza nos levantará.

Oración: “Señor, concédenos clemente la salvación y la paz, para que tu Iglesia, tras haber superado todos los obstáculos y errores, te sirva en plena libertad, por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.”

Padre Nuestro, Ave María y Gloria

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