El regalo del amor de Dios
Se cumple la profecía; se hace realidad: ¡Dios se nos manifiesta de forma visible!
Posteriormente, el Discípulo Amado de Jesús dirá:
“Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros; y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Unigénito, lleno de gracia y de verdad.” (Jn 1,14)
¡Qué gracia nos concede Dios en la Venida de Su Hijo!
¡Qué dignidad otorga a Sus creaturas, hasta el punto de asumir Él mismo nuestra condición y hacerse verdadero hombre!
¡Cuánto nos amará!
¡Cuánto querrá que también nosotros lo amemos, para entonces colmarnos de bendiciones!
“De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia” (Jn 1,16).
¡Y somos hijos de Dios!
“Pero a todos los que la recibieron, les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; éstos no nacieron de carne, ni de deseo de hombre, sino que nacieron de Dios.” (Jn 1,12)
¿Cuál es el poder que tiene un hijo de Dios?
¡El poder del amor!
Con él, penetramos en el corazón de Dios y Él en el nuestro.
El amor nos transforma.
El amor nos da la verdadera belleza.
El amor otorga a todas las cosas su definitivo resplandor.
¡El amor nunca acaba!
“Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos. Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo amor, no sería nada. Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo amor, de nada me aprovecharía. El amor es paciente, el amor es amable; no es envidioso, no obra con soberbia, no se jacta, no es ambicioso, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca acaba.” (1Cor 13,1-8)
¡Navidad es el regalo del amor de Dios!
¿Cómo podría habérnoslo dicho aún más claramente?
Sí, la Venida de Jesús al mundo es la gran declaración de amor de Dios a nosotros, los hombres.
Nosotros, como Harpa Dei, queremos en esta Santa Noche responder a Su infinito amor con cantos, y declararle así nuestro amor al Señor.
¡Nuevamente les invitamos al Concierto de Navidad en nuestro canal de YouTube, a medianoche (Hora de Europa Central); 17:00 (Hora de México)!
¡Compartan esta invitación con otras personas! ¡También hemos invitado a los santos ángeles! A ellos les encanta que el Señor sea alabado… De hecho, fueron ellos quienes trajeron el anuncio a los pastores:
“Había unos pastores por aquellos contornos, que dormían al raso y vigilaban por turno su rebaño durante la noche. De improviso un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de luz. Y se llenaron de un gran temor. El ángel les dijo: -No temáis. Mirad que vengo a anunciaros una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: hoy os ha nacido, en la ciudad de David, el Salvador, que es el Cristo, el Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis a un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre. De pronto apareció junto al ángel una muchedumbre de la milicia celestial, que alababa a Dios diciendo: ‘Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres en los que Él se complace’.” (Lc 2,8-14)
Entonces, ¡hasta más tarde! ¡Unámonos en la alabanza de Dios!
Harpa Dei acompaña musicalmente las meditaciones que a diario ofrece el Hno. Elías, su director espiritual. Éstas se basan normalmente en las lecturas bíblicas de cada día; o bien tratan algún otro tema de espiritualidad.
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